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EL ARTE DE RENDIRSE: YOGA

LUCIUS PENDRAGON
EL ARTE DE RENDIRSE: YOGA

EL ARTE DE RENDIRSE: YOGA

¿Por qué practicamos yoga?

Tal vez todos venimos aquí con diferentes intenciones. Algunos buscan salud física, o alivio del dolor físico o lesiones.

Otros pueden buscar relajación o liberación del estrés. Y algunos pueden estar buscando la verdad, o la paz interior. Realmente no importa por qué uno viene al yoga. He descubierto que, independientemente de las razones por las que uno comienza el yoga, inevitablemente te lleva en un viaje que involucra la mente, el cuerpo y el espíritu.

Uno ve que no hay una verdadera separación; si comienzas a ser consciente del cuerpo, también terminas observando la mente, así como entrando en contacto con el aspecto inmutable de nuestro ser: la conciencia universal; verdad.

Conforme se desarrolla la conciencia, comenzamos a entendernos mejor. Comenzamos a ver patrones, hábitos, nuestras historias.

Podemos tomar conciencia de los bloqueos emocionales o la tensión que estamos reteniendo del pasado.

El cuerpo es como un mapa de la mente. Pueden surgir recuerdos o nuestros miedos pueden volverse más evidentes. Comenzamos a enfrentar nuestra tristeza o ira; nuestro dolor.

Entonces, ¿qué hacer cuando comenzamos a "ver", cuando nos damos cuenta de quiénes somos? Es fácil correr hacia algo, buscar orientación, querer más respuestas. Y la verdad está contenida en cada momento, justo dentro de nosotros mismos.

La simple observación de la realidad de momento a momento es en sí misma liberación.

Si queremos conectarnos con el espíritu, encontrar la paz interior, debemos mirar hacia adentro. Debemos tomarnos un tiempo para estar con nosotros mismos. En silencio, enfocándonos hacia adentro.

Pasamos la mayor parte de nuestro tiempo mirando hacia afuera.

Distraídos por juguetes o entretenimiento, o trabajo. Para sentirnos en paz debemos recordar quiénes somos: descubrir de dónde venimos.

Más allá de desarrollar esta conciencia, nuestra única otra tarea es mantenernos ecuánimes: equilibrados, no juzgando, no reactivos a lo que observamos.

Conocí a una mujer que había realizado un año de retiro personal silencioso del mundo.

Le pregunté qué había aprendido de la experiencia. Ella me dijo "Me doy cuenta de que todo es perfecto... nada es malo, ni bueno, todo es justo como necesita ser."

Si podemos detener nuestro diálogo interno, aceptar nuestros pensamientos, nuestra realidad, algo transformacional sucede. Hay apertura, liberación, rendición. Comenzamos a sentir lo que es simplemente SER.

Hay perfección, armonía detrás de toda la distracción, la ilusión - Maya.

Para experimentar esto (Y DEBES EXPERIMENTAR LA UNIDAD PARA QUE IMPORTA) - debes mirar hacia adentro.

Dios está dentro. Conócete a ti mismo y ámate a ti mismo. Desarrollar una conexión con tu verdadero espíritu da paso a la creación, la sanación y la trascendencia.

El yoga no es una píldora milagrosa para la liberación. Uno debe dar pasos en el camino para experimentar la verdad, para conocer el dhamma. Uno debe dedicar tiempo a la práctica.

Nuestro patrón de hábito de la mente es reaccionar. Se necesita tiempo para desarrollar las habilidades de conciencia y ecuanimidad. Uno debe ser paciente y persistente, practicar de manera constante.

- Lucius

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